Para realizar esta práctica fotografié a mi hermano pequeño, Guillermo, que trató con mucho esfuerzo de reflejar en su cara los distintos sentimientos que yo le pedía.
Guillermo es un niño de 11 años muy alegre, por lo que fue realmente dificil conseguir una expresión triste en su rostro... le gusta mucho reir, hablar, contarnos anécdotas que le suceden en clase con sus compañeros...
es muy aficionado a los deportes: practica el fútbol en todos los ratos libres con sus compañeros en el recreo. el tenis también es uno de sus entretenimientos, sobre todo en verano. pero a sus 10 años descubrió que lo suyo era el baloncesto y ahora forma parte de un equipo local en el que se encuentra muy agusto.
para realizar estas tres fotografías coloqué a mi hermano apoyado en una puerta de mi casa. La luz cenital no me daba buen resultado pues la habitación es bastante oscura por sí sola y la luz es muy fuerte y muy baja. por ello decidí colocar un par de focos (flexos) a los lados y con el flash de la propia cámara logré el resultado deseado.
Guillermo indiferente
Para las fotografías de un trabajador de la universidad escogía una buena amiga mía, María, ya que mi asesora, Marta Torregrosa, se encuentra de baja gracias a que acaba de dar a luz a su pequeño, Carlos.
María es una chica joven de San Sebastián que estudió secretariado en ISSA. Actualmente trabaja en un bonito despacho con una compañera en la secretaría del edificio central del campus de Pamplona de la Universidad de Navarra.
María tiene un gran sentido del humor; es simpáctica y muy agradable, siempre dispuesta a ayudar con una sonrisa en la boca.
Para sus fotografías utilicé simplemente la luz natural que se introduce por el gran ventanal del despacho que aporta al cuarto una sensción cálida y hogareña.